IBARBURU, ESPACIO DE PAZ

Es obvio que una educación para la convivencia es fundamental para todos los escolares, pero para los nuestros es incluso imprescindible. En muchos casos conviven, o sobreviven o malviven, con la delincuencia u otras lacras sociales. Lo mismo que la escuela debe prepararles para la vida fuera de las aulas, no puede ser ajena a las vivencias que los niños y niñas tienen a diario en su entorno, se trata de una interacción en la que se exportan e importan experiencias.
La familia es la célula madre para los gitanos, pero en este entorno se ve a menudo sustituida por el clan. Esto es debido a que en ocasiones se presenta desestructurada; son frecuentes las monoparentales por diversas causas, en estos casos, la familia de más cercana arropa y asume como suyos a los miembros de la otra de modo que es habitual que convivan varias generaciones en una misma casa, incluso que la compartan tíos, primos y sobrinos. Este vínculo afectivo tan positivo y enriquecedor, puede volverse del revés y repercutir negativamente en la escuela: los clanes pueden estar enemistados unos con otros, y entonces, entre ellos son frecuentes las disputas y la reyertas por diversos motivos ajenos a la escuela pero que desgraciadamente influyen en ella.
Es frecuente observar entre nuestro alumnado casos de bulling pero a veces aparece una variante diferente al planteamiento generalizado en otros centros. Aquí el fenómeno suele ser importado; es decir, se acosa a aquellos niños y niñas de clanes rivales, se les amenaza para que permanezcan callados y el problema de este modo, sale también a la calle. El conocimiento que desde la escuela se tenga de las familias es algo fundamental para detectar el problema primero e intentar resolverlo después, cosa que no siempre se consigue; a través de ese conocimiento se sabe quien forma cada uno de los grupos y este condicionante suele ser tenido en cuenta para las actuaciones del profesorado. Si la relación familia- escuela es importante, en este centro es imprescindible: sólo te aceptan y se muestran dispuestos a colaborar si te conocen y reconocen tu trabajo, eso lleva al respeto e incluso al afecto y el cariño.
Ibarburu, espacio de paz se marcó como objetivos principales los siguientes:
-Mejorar la convivencia en el Centro, previniendo los conflictos y aprendiendo a resolverlos mediante el diálogo.
-Lucha contra el absentismo escolar
-Alfabetización
No pueden concebirse ni plantearse de manera aislada, sino que están estrechamente relacionados con los tres grandes objetivos marcados por el Centro en su Proyecto Educativo: escolarizar, educar y alfabetizar. Éstos se desarrollan a través de la puesta en marcha de una serie de actividades que implican la creación de grupos de trabajo que faciliten la formación específica y el asesoramiento necesario para llevarlas a cabo.
1 comentario
Rosario Jiménez Polo -