PLAN DE COMPENSACIÓN EDUCATIVA

Básicamente, el proyecto describe el entorno y las necesidades de nuestros niños y niñas y expone la urgencia con la que la escuela debe intentar paliar las desigualdades educativas de esta población exigiendo de las distintas instituciones la implicación en la solución de su problemática, describiendo medidas a adoptar desde el colegio, pero con la necesaria ayuda de la Administración y planteando su aplicación para los próximos cuatro años.
Si consideramos que la totalidad de nuestro alumnado pertenece a la etnia gitana, es necesario conocer su cultura, sus valores, para entroncarlos con los la sociedad multiétnica de la que van a formar parte como ciudadanos. Estos valores, en algunos casos, son prácticamente desconocidos para ellos mismos, quienes tampoco conocen su cultura ni sus orígenes; no olvidemos que los gitanos carecen de una historia escrita, que han sido nómadas desde que se tiene conocimiento de su existencia aún hoy, en muchos casos, siguen siéndolo-, y que pertenecen a ese sector iletrado, analfabeto e inculto porque siempre se han mantenido al margen de toda institución, la escolar también. Por otro lado, el entorno en el que viven y se desenvuelven puede definirse como la más cruda de las marginalidades.
Ambos conceptos gitano y marginal- conforman un binomio que por sí solo ya justifica la existencia de este proyecto. Y no olvidemos que los dos adjetivos califican al cien por cien de nuestros alumnos.
Entre las medidas de urgente aplicación están los objetivos generales que constituyen el eje de nuestro trabajo:
-Escolarizar
-Educar
-Alfabetizar
Estos tres objetivos están presentes en todos y cada uno de nuestros documentos de planificación, y necesitan ser abordados de manera simultánea, por eso, nuestro trabajo en las aulas está un poco alejado de lo establecido en los programas oficiales. Trabajamos sin libros de texto, pero con libros, como también lo hacemos con periódicos, cómics, folletos... y todo tipo de textos que los niños y niñas después se van a encontrar en la calle; pretendemos dar sentido a lo que hacemos siendo realistas, intentando alfabetizar a una población que no va a tener más posibilidades que las que la escuela les brinde ni más recursos que los que desde aquí les ofrezcamos.
Hemos encontrado dentro del enfoque constructivista de la enseñanza, la certeza de acertar con nuestros planteamientos metodológicos. Los niños se sienten implicados en las tareas que se les proponen, encuentran una relación entre la escuela y la calle, saben que lo que aquí aprendan les va a servir después y no muestran reticencias al trabajo escolar. El resultado más evidente, de momento, es que el índice de absentismo está descendiendo, y aumentando el número de alumnos que cada año piden ser escolarizados.
Estamos convencidos, que siguiendo en esta línea seremos capaces de conseguir una población escolar correctamente alfabetizada, o al menos, en mejores condiciones que lo estuvieron sus padres, que por otra parte, en algunos casos no hace tanto que salieron de aquí.
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